lunes, 26 de marzo de 2012

Superpoblación (III): Identificando el problema

Sí, la superpoblación es un problema. Pero no es un problema de espacio. Frente a algunas imágenes donde la densidad de población se hace brutalmente angustiosa, la realidad es que, teóricamente, los cerca de 7,000 milllones de personas actuales podríamos vivir todos, con nuestra casita campestre y jardín particular, repartidos en una extensión de tierra del tamaño de la península ibérica.

  • España tiene una superficie de 504,645 km2.
  • Portugal tiene una superficie de 92,391 km2.
  • Juntos tienen una superficie de 597,036 km2.
  • O, lo que es lo mismo: 597,036,000,000 m2.

La población mundial actual, según Banco Mundial, es de 6,840,507,003.

Si dividimos esa superficie por el número total de habitantes da como resultado unos 87 m2 por persona. Según este cálculo, a una pareja le corresponderían 174m2, terreno más que suficiente para esa casita y jardín.

Ahora bien, la superpoblación no se refiere únicamente a la relación de una especie (el ser humano) con la totalidad del planeta, sino también en relación a territorios de ese planeta, de manera que hay zonas de la Tierra actualmente superpobladas donde la densidad poblacional es mayor a los recursos que la zona que habita puede procurar y renovar. Ahí radica el problema.

En este sentido, la extinción de muchas especies se ha debido a la irresponsable e insostenible actividad del ser humano. No hay progreso sin exclusión, dicen muchos. Para que el ser humano siga creciendo en número y siga poblando la Tierra, otras especies deben morir, conclusión esta muy próxima al darwinismo y a la supervivencia del más fuerte.

El sueño del Progreso, con mayúsculas, vocablo-trampa donde los haya, contenedor de rostro amable que ocultaba una ideología desposeída de alma y conciencia, y que ha vertebrado el monumental expolio que del medio ambiente ha estado haciendo el ser humano, ha devenido en pesadilla. Ahora, agonizante, mientras el pueblo despierta -aunque muy lentamente- del embeleso de tamaña entelequia, el Progreso emite sus últimos estertores, al tiempo que los abusones del patio se reparten el botín.


No hay comentarios:

Publicar un comentario